sábado, 2 de marzo de 2013

*Algunos ingredientes podrían ser congelados si fuera de temporada



Irónicamente, estaba en el gimnasio cuando vi por primera vez el video promocional (ver abajo para algo de entretenimiento). Según mi rutina de trabajo, estudio, actividad física y algo de vida social, debería haberme sentido bastante identificada con la protagonista. Sin embargo, el mensaje proporcionado por la publicidad de Egunin (una clínica de reproducción asistida) me dejó algo más que inquieta. Por fin he tenido la ocasión de investigar un poco más el tema, y entender que era aquel mensaje subliminal que me estaba dejando ese sentido de amargura.

A la congelación de óvulos se le ha quitado la etiqueta de procedimiento experimental hace menos de 6 meses. Anteriormente, se aconsejaba solamente a las mujeres que tenían que someterse a algún tratamiento invasivo que tiene el riesgo de producir infertilidad, como la quimioterapia. No obstante, en Octubre del año pasado la American Society for Reproductive Medicine decidió anunciar que ya no la consideraban una intervención experimental, dados los avances logrados para mejorar los resultados de esta novedosa técnica reproductiva.
Al día de hoy, la información acerca de los riesgos y reales beneficios de la congelación de óvulos siguen siendo poco claros. Tanto los periódicos, como las instituciones oficiales, admiten que con tan pocos casos registrados es complicado determinar la verdadera tasa de éxito, ni el alcance de sus riesgos. Aun así, frases cómo con el tiempo se verá” resultan muy poco reconfortantes.
Especialmente por qué el ‘tiempo’ es la principal motivación por la cual, según los defensores y propulsores de la congelación de óvulos, las mujeres entre 30 y 40 años, en plena salud pero que quisieran desarrollar una exitosa carrera profesional sin sentir la presión del ‘reloj biológico’, deberían optar por esta salida.
Me concentraré en estas últimas, ya que sin duda para las mujeres que tienen el riesgo concreto de quedarse infértiles prematuramente por algún tratamiento médico o enfermedad es claramente un discurso a parte.
Para las exitosas, jóvenes, mujeres profesionales, el beneficio es claro: mantener sus óvulos jóvenes hasta el momento que decidan tener hijos (aunque por ahí se escuchan voces sobre las dificultades no-biológicas de criar hijos después de los 40). Los riesgos son menos claros (y por lo general los que son enunciados son equivalentes a los riesgos de cualquier embarazo/parto natural). Las probabilidades de éxito en el procedimiento son aún más borrosas (os invito a tratar de descifrar las cifras, a mí me marearon). Lo que si está clarísimo es el precio de esta nueva tecnología (unas £5,000 en el Reino Unido, $15,000 en EEUU, y Є4,000  en España). ¿Pero el mensaje cuál es?
El mensaje, a mi aviso, es que nosotras, las mujeres, deberíamos poner en pausa los ciclos biológicos de nuestro cuerpo para que no interfieran con el ‘mundo laboral’. Como dice Adrienne Asch, bioética de la Universidad Yeshiva, la congelación de óvulos “es otro ejemplo donde se utiliza la tecnología para resolver problemas sociales”. Aquí está, nuestra querida medicalización.
Justo cuando se hacían pasos hacía una mayor equidad de género y protección legislativa en el trabajo para madres y padres (las reformas de baja por maternidad/paternidad en Australia son un buen ejemplo relativamente reciente), repentinamente surge una solución aún más conveniente: ¡congelemos el proceso reproductivo!

En 6 días es el Día de la Mujer Trabajadora…cómo si fuera un cumpleaños, me gustaría expresar un deseo: espero que las campañas para el Derecho de la Mujer Trabajadora a Tener y Poder Cuidar una Familia tomen el lugar mediático de las propagandas ‘contra el reloj biológico’.
Con unos días de anticipación...¡FELIZ DÍA A TODAS!

5 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu post, Vale! Muy interesante.

    Comparto tu esceptecismo sobre el tema. Se presenta la congelación como una respuesta al problema de "tenerlo todo," pero el alto coste hace que sirve solamente para mujeres de altos ingresos. Tampoco es tan claro la efectividad, como has señalado. Respuestas alternativas al problema incluyen cambios en el mercado laboral - más tiempo fleixible, por ejemplo, y más participación de los padres en las responsabilidades domésticas. Un ejemplo de Suecia: http://nyti.ms/aNo0Dg.

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    1. Exactamente, y gracias por el ejemplo de Suecia, de verdad deja esperanza en el futuro!

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Ay Valentina, que voy a tener que empezar a buscar un huequito en mi congelador!!!! jajajaja

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  3. Bueno, un par de meses más tarde, un refuerzo sobre el tema:
    http://www.theatlantic.com/health/archive/2013/05/theres-more-to-life-than-freezing-your-eggs/275812/

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