miércoles, 6 de marzo de 2013

PUBLICIDAD Y MEDICAMENTOS, CUESTIÓN DE…. DINERO




La medicina, ya desde el siglo pasado ha desbordado su campo de ejercicio tradicional para introducirse como una práctica social en múltiples facetas, la industria farmacéutica es conocedora de este poder y lo utiliza en su propio beneficio para dirigirse a clientes potenciales, incitando a consumir medicamentos. La salud y la enfermedad se están convirtiendo en un rentable negocio.
La publicidad directa al consumidor tiene un enorme impacto sobre la demanda de los pacientes y la prescripción de los médicos. Una investigación realizada por la Food and Drug Administration de los Estados Unidos reveló que la mayoría de los médicos se sienten presionados cuando el paciente solicita una determinada marca de medicamento, que suele coincidir con   medicamentos con publicidad hecha al gran público. Además,  la desinformación de la prensa médica resulta preocupante, el 40% de los artículos publicados carece de datos sobre los efectos de los medicamentos, según  un trabajo realizado por  la Harvard Medical School en el año 2000. 



No hay medio de comunicación que no incluya diversas formas de publicidad y promoción de numerosas especialidades farmacéuticas. Particularmente en la poderosa y omnipresente televisión podemos observar anuncios de diversas especialidades farmacéuticas, como analgésicos, antigripales, antitusivos, fungicidas, adelgazantes, anticelulíticos, antihistamínicos, antiácidos, y un largo etc.,  A todo esto hay que añadir la desinformación sobre estos productos a los que se les está haciendo publicidad donde la mayoría de las veces no aparece publicado sus efectos adversos, o como mucho un consulte a su farmacéutico…Con la llegada de internet la forma de llegar a sus clientes es más activa y más difícil de controlar.  La publicidad de medicamentos ha trascendido los sitios web creados exclusivamente para anunciar determinados productos y circulan por las redes sociales y correos electrónicos sin necesidad de que los busquemos.

 ¿Los poderes públicos son capaces de controlar la información que los laboratorios proporcionan al público? La realidad muestra que los códigos de buena conducta y las normativas de las administraciones sobre el tema caen muchas veces en letra muerta, sólo hay que fijarse en la publicidad de la televisión y no menos en los programas de radio o en la red,  ya que siempre habrá una manera de burlar ese código.  Un estudio de la Gouvernment Accountability Office (GAO) señala que la Food and Drug Administration no puede controlar de forma eficaz la publicidad de los medicamentos dirigidos al público. Los medicamentos, a diferencia de otros bienes de consumo, tienen relación directa con la salud y la vida de las personas y deben promocionarse en condiciones de estricto rigor científico y ético. En este sentido la industria farmacéutica debe realizar un esfuerzo para mejorar los documentos de información antes de lanzarse a la comunicación directa al ciudadano. Las autoridades deben dar prioridad al establecimiento de un marco normativo para regular mejor la promoción de los medicamentos así como controlar y evaluar la calidad de la información que difunden las publicidades de medicamentos, otros productos farmacéuticos y afines. 


                                            





                                             







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