domingo, 7 de abril de 2013

La cooperación internacional y la medicalización de la desnutrición


La desnutrición en los países de bajos ingresos radica en la distribución desigual del poder a nivel local, nacional e internacional, entre otras cosas. Cuando no toma en consideración esta faceta, y trata la desnutrición como un asunto puramente técnico o medico, tanto en sus discursos oficiales como en sus intervenciones, la cooperación internacional contribuye a la medicalización de esta problemática.

El movimiento Scaling Up Nutrition (SUN), lanzado en 2010 con el apoyo de las Naciones Unidas, promueve acciones en 34 países de bajos ingresos para mejorar la nutrición de madres y niños, desde el embarazo hasta los dos años de edad, con el apoyo de organizaciones internacionales, grupos de la sociedad civil y empresas. Su trabajo se enfoca en la promoción de la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad, la fortificación de los alimentos, los suplementos de micronutrientes, y el tratamiento de la malnutrición severa. SUN colabora en algunas iniciativas con la Global Alliance for Improved Nutrition (GAIN), un partenariado público-privado que fue lanzado en 2002 en una sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que promueve el acceso a los alimentos fortificados por parte de poblaciones vulnerables en 27 países de bajos ingresos.  GAIN incluye a corporaciones como Unilever, Ajinomoto, Britannia, Cargill, The Coca Cola Company, DSM, Danone, MARS, PepsiCo, Kraft Foods, y Bel.

Estas intervenciones globales son problemáticas por muchas razones. Primero, SUN como GAIN omiten la importancia de asuntos como la concentración de poder sobre los alimentos en unos cuantos gigantes corporativos, o los susidios agrícolas de los Estados Unidos y la Unión Europea, que dañan enormemente a los productores de los países de bajos ingresos. Después de haber leído sus páginas web, utilicé el buscador de palabras de la computadora para averiguar si la palabra “desigualdad” aparecía en algún lado de la hoja de ruta o en la estrategia de SUN: y obtuve 0 resultados.


Por otra banda, como dijo el relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación Olivier DeSchutter, hay que reconocer la evidente diferencia entre una estrategia que promueve alimentos procesados enriquecidos con nutrientes hasta el punto que las dietas se han vuelto “medicalizadas”, y una que promueve sistemas de alimentos locales y regionales así como un cambio hacia alimentos menos procesados.  La acción de GAIN contribuye a que los gobiernos de esos países gasten su presupuesto limitado de salud y nutrición en alimentos fortificados, en vez de invertir en soluciones a largoplazo que aborden los determinantes sociales de la desnutrición, como políticas de apoyo a la agricultura de pequeña escala, de promoción de las cadenas de producción alimentar locales, y de precios justos pagados a los agricultores.

Otro problema fundamental es que muchas de las corporaciones en GAIN por un lado participan en iniciativas para el derecho a la nutrición, y por el otro son productoras de “comida basura”. De hecho, Oxfam, en su informe Behind The Brands, resalta que a pesar de que el 80% de la población mundial considerada “desnutrida crónica” son campesinos, enormes cantidades de tierra fértil se utilizan para la producción de comidas non saludables y bebidas azucaradas.



 Estos son algunos de los ejemplos que demuestran que ya no debería hablarse de seguridad alimentaria sino de soberanía alimentaria. Habría que promover movimientos alternativos para la nutrición que aborden las causas estructurales del hambre, evitando discursos que medicalizen la desnutrición, y enfatizando sus raíces políticas, a través de estrategias para un cambio verdadero a largo plazo.

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